El águila es conocida en todo el mundo como símbolo de varios países. Entre ellos se encuentran Austria, Alemania y los Estados Unidos. Algunos han tratado de desacreditarla calificándola de depredadora y a veces de fanfarrona y ladrona.
Pues bien, ¿no somos todos a veces lo que no debiéramos ser? No hay nadie perfecto. Por lo tanto, meditemos un momento en alguna de las buenas cualidades del águila. Se aparean de por vida y nada puede separar a la pareja con excepción de la muerte. Y el águila solitaria lamenta la muerte de su compañera por meses enteros, volviendo cada vez al nido donde ésta solía estar.
Las águilas construyen un hogar permanente y moran en el por toda la vida, a menos que una tormenta u otro desastre lo destruya. El águila es sumamente aficionada a su hogar y nunca lo abandona a menos que falte el alimento o que tenga que buscar otra pareja. Las águilas emigran a veces por problemas de alimentación, pero regresan otra vez a sus gigantescos nidos, y cada vez que lo hacen lo remodelan añadiendo más varitas, más musgo, más pastos, líquenes y hojas para los polluelos que han de nacer.
Las águilas emprenden las tareas hogareñas con tanta paciencia y devoción como la que manifiestan la una por la otra. Un águila puede sentarse sobre el nido, sin moverse, por tres días seguidos. Se turnan, por supuesto, y al cabo de treinta y cinco días los polluelos salen de sus huevos. Entonces comienza en verdad el trabajo. Durante semanas enteras los padres les traen peces a sus polluelos. Con toda paciencia les enseñan a trozar los peces para poder comerlos.
Con el tiempo se incita a los polluelos a salir del nido mediante el ofrecimiento de una recompensa en alimento que los padres no quieren darle hasta que no se anime a hacer su primer vuelo, por torpe que sea. Pronto, sin embargo, los jóvenes aprenden a volar con sus padres.
Creo que el águila es un ave soberbia. Sin desconocer que tiene faltas debemos concordar sin embargo, que responde a los mandamientos de Dios como nosotros debiéramos hacerlo, y manifiesta un amor y una devoción por su hogar y su familia que Dios desea que nosotros también manifestemos.
¿Se remonta el águila por su mandamiento, y pone en alto su nido? Job 39:27.
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