Establecimos en la primera parte de este tema, que la preposición versus, en su origen, no hace referencia a una confrontación y es perfectamente aplicable a las demandas aspiracionales feministas. Hombre versus mujer, cambia el sentido y pierde aplicabilidad en ese contexto. Ubicar primero al hombre ya puede ser objeto de otras interpretaciones.
Diferencias originales
Al crear primero al hombre, hacer a Adán del polvo de la tierra y a Eva de una costilla, crearla para que fuese una ayuda idónea; manifiesta nada más que diferencias sexuales, psicológicas, emocionales, sociales, espirituales e intelectuales, que, implícitamente significarán roles también distintos. No son, a mi parecer, expresiones de superioridad, relevancia de un género sobre otro. Si la hubiese, serían en todo caso a favor de la mujer.
En el principio, antes de la entrada del pecado, que hará posteriormente una enorme diferencia, encontramos esta declaración:
”Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28)
Hombre y mujer creados por amor y para que se amasen, para que, como fruto de su amor procreasen y fuesen más felices. Teniendo el dominio y cuidado de todos los animales, incluso de aquellos de los que ahora huimos.
Segun la secuencia cronológica del segundo capítulo del Génesis, la escritura dice que Jehová tomó al hombre y lo puso en el huerto de Edén para que lo labrara y lo guardase. Este hecho, al parecer, ocurre antes de la entrada del pecado y antes de la existencia de la mujer. El Señor le entrega al hombre una misión: labrar la tierra y guardarla. El trabajo le es dado como una bendición.
Seguidamente, Dios trae a la existencia a su compañera, la ayuda idónea, con la cual compartiría la vida. Ella encontraría su plena realización en la maternidad, en la procreación. Extraordinaria grandeza, el procrear. Pero nuestros primeros padres se alejan de Dios, le desobedecen, rechazan sus planes y se produce un funesto cambio que se inicia en sus mentes, pero que repercutiría en todo el universo.
Las consecuencias más directas e inmediatas se las comunica, a mi entender, no como un castigo, aunque así lo interpretan algunos comentarios bíblicos, y como pareciera incluso desprenderse del relato.
Diferencias adquiridas
Si bien fue una elección equivocada, la tomaron siendo engañados y, es la sola presencia maléfica de Satanás, lo que introduce el egoísmo, el dolor, el sufrimiento, la muerte y cualquier otro mal. Dios les advierte lo que ocurriría a causa de su decisión, pero lo que en su amor quería para ellos, lo mantiene, aunque el pecado lo altera. A la maravilla de dar a luz, el mal agrega dolor, al prodigarse amor, egoísmo, a la ayuda idónea, señorío.
Asi la expresión “el se enseñoreará de ti”, no es un designio, menos un castigo, es una profecía de lo que ocurriría como consecuencia de la maldad, del pecado. Como son los otros aparentes castigos o maldiciones del relato, porque no pueden provenir de Dios. Son contrarios a su amor.
Originalmente el Señor le otorga a ambos la facultad de señorear sobre los animales, no de uno sobre otro, pero al parecer la función protectora del hombre sobre la mujer más frágil, más delicada, por efectos del mal se va tornando en supremacía.
Al hombre, le es dado el trabajo como una bendición, ahora se le agrega el esfuerzo, la necesidad de tener que hacerlo, de tener que ser el padre proveedor. Esta es la forma en que primitivamente se constituyen las familias y las sociedades. El hombre debía proveer el sustento para la familia como su rol principal, la mujer debía administrar el hogar educar y formar a los hijos procreados en el amor.
Hay culturas que aún conservan este modelo de familia, la mujer en casa criando hijos, el hombre saliendo a buscar el sustento para ellos. Son a mi entender culturas y sociedades más sanas, aunque cada vez más escasas.
Este patrón concuerda con el principio psicológico del apego como necesidad. Ella lo tuvo en su vientre, lo amamanta, lo cría, lo forma, le enseña. Es la persona más cercana en sus primeros años de vida. El padre colabora y comparte algunas tareas, pero el rol principal es de la madre.
Ayuda idónea
Recordando el concepto de ayuda idónea, tengo serias dudas de la posibilidad de aplicarlo al hombre en su desempeño en el hogar, más allá de su aporte como “figura paterna”. Es la mujer quien debía ser la ayuda idónea en la constitución de un hogar, de una familia, quizás no tanto en el plano laboral.
Es tan relevante la labor de una mujer como madre, que es invaluable, inconmensurable, trascendente como ninguna otra. De sus brazos salen a la vida los hombres y mujeres a desarrollar labores menos trascendentes, aunque no menos importantes. Y aunque sólo fuesen personas de bien, la tarea estaría más que cumplida y, si no lo fuesen; no seria necesariamente su responsabilidad.
No cabría pensar que pudiese desarrollar otra función, sin embargo, las mujeres que llegan a sobresalir socialmente, lo hacen por ejecutar labores menos trascendentes en ámbitos ajenos a la maternidad, y muchas veces en dualidad de tareas.
Solo como ejemplo mencionaré a algunas mujeres destacadas en la Biblia, como Débora, profetisa que guía a a su pueblo en momentos difíciles. Ester, que llegó a ser reina y evitó la matanza de su nación, Y en el plano maternal, Ana madre del profeta Samuel, Maria, madre de Jesús.
La ayuda idónea llega a materializarse también el el campo laboral, ante la necesidad de tener que contribuir económicamente con la familia. En la búsqueda de una realización profesional. Ante la desvalorización social del rol de madre, no lo sé; es complejo postular una razón. Los modelos han cambiado. Ignoró si para bien, la condición de muchas sociedades pareciese decir que el cambio forzado o no, ha debilitado a la familia.
No es la mujer versus el hombre, ni siquiera en el “hacia” la igualdad, y menos el hombre contra la mujer, somos simplemente diferentes pero interdependientes. Pero, ya que los roles dejan de diferenciarse, en los planos de realización de las mismas funciones, deberían hacerlo bajo las mismas condiciones de derechos y compensaciones.
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