A raíz de la pandemia del virus que nos preocupa, han surgido algunas ideas de conspirativas.Nada nuevo, ocurre ante cualquier evento, especialmente si es de connotación mundial, como la caída de la torres gemelas, el hombre en la luna, y ahora, una pandemia.
Conspiraciones
La primera conspiración postula que los Chinos habrían creado este virus en laboratorio, para diseminarlo por el mundo a fin de empobrecer a países y obtener ventajas económicas. Pero China a sido perjudicada tanto o más que algunos países.
En el otro extremo, la conspiración sería que quienes llevaron este virus para desarrollarlo en China, fueron los estadounidenses, con el objeto de dañar económicamente a sus enemigos de turno. Este postulado se derrumba cuando el mundo conoce el efecto de la pandemia sólo en Nueva York.
Una tercera conspiración, un tanto más diabólica, plantea que sería una confabulación de las naciones poderosas para eliminar a la población más longeva. Propósito: disminuir demográficamente a quienes gastan mucho y producen poco.
Creo que la humanidad se acerca a grados de malignidad semejantes a los de Sodoma y Gomorra; pero esa maldad no se expresaba precisamente en una conspiración financiera
La evidencia
La OMS, indica que la evidencia disponible sugiere que el nuevo coronavirus se originó en murciélagos en China hacia el fin del 2019.
Me inclino por esta sugerencia, teniendo como sustento, la información de las autoridades sanitarias de Wuhan, China; quienes el 1 de diciembre entregan antecedentes sobre pacientes diagnosticados con un síndrome respiratorio grave. Casi todos los casos vinculados al Mercado de Mariscos de esa ciudad.
La fuente inicial del coronavirus está vinculada históricamente a los murciélagos. A comienzos de este siglo fueron los causantes del SARS y en el 2010 del MERS, virus del tipo corona. Los murciélagos se utilizan para la alimentación en China, así como las Civetas, especie de lmapaches, (una delicatessen) y el Pangolin.
Ha habido otros recordados virus transmitidos de los animales al ser humano, como la peste aviar, porcina, bovina; aunque el virus en alguno de estos casos se transmite del animal al hombre, no entre humanos, como es el caso de los coronavirus.
Las enfermedades zoonoticas, pueden ser causadas por virus, bacterias hongos, parásitos que ingresan al organismo humano. Esto puede ocurrir por diferentes causas, una de ellas es la ignorancia, otra, desobediencia, ambas son el resultado de una conspiración que si es real y efectiva.
La conspiración
No es una exageración decir que el ser humano come sapos y culebras, en realidad, como ya vimos, mucho más que sapos y culebras. Nuestro Creador nos entregó un régimen alimenticio específico. Éste tenía como base, vegetales.
La conspiración satánica, cambia la condición humana y del planeta luego de la entrada del pecado. Se tienen que agregar a la dieta, los productos de origen animal. Y digo específicamente así, porque no sería exacto decir que se agregan los animales. Eso podría incluir sapos, culebras, murciélagos,etc.
En la Biblia nuestro creador especifica tempranamente en la historia, que carnes podríamos comer y cuales no. La instrucción más específica la encontramos en Levíticos capítulo once. Le invitamos a leerlo. Por espacio, no lo transcribiré.
En el citado libro de Levítico, encontramos la clasificación de animales limpios (comestibles) e inmundos (no comestibles). Me parece que la denominación de inmundos, tiene una razón didáctica: Evitar la zoonosis, todos los animales fueron creados por alguna razón y deben ser respetados y protegidos.
El argumento que algunos tienen para desobedecer estas instrucciones, es que le fueron dadas sólo a los Israelitas, porque se encuentran en en Antiguo Testamento, en la Torah.
Sin embargo, debo aclarar que es allí donde se especifican, pero ya Noé, mucho antes la aparición de Israel, conocía la diferencia entre animales limpios e inmundos. Era entonces para la humanidad.
Desde los animales
Segun las instrucciones en Levítico, los animales que podríamos comer, son aquellos que posean dos características: tener pezuña hendida y rumiar. Si le falta una de estas características, o las dos, no lo deberíamos comer. Así, simple es la instrucción.
Hoy sabemos que los que no poseen esta características, o son de carnes indigestas, o con alto contenido de grasa, parásitos o virus. Es más, la instrucción dice:”De la carne de ellos no comeréis, ni tocaréis su cuerpo muerto”. Ni siquiera tocarlo, menos comerlo. Nunca se habría comido murciélagos.
La instrucción divina sigue diciendo que; de los animales que viven en el agua, podríamos comer sólo los que tienen aletas y escamas. Si falta una de estas características o las dos, no se deberían comer.
Ahora es sabido que los peces señalados son de alta mar y que los mariscos son filtradores que viven en las costas, hacia donde el mar y los hombres botan sus desechos. Se alimentan de microalgas que contienen biotoxinas beneficiosas para la vida marina, pero muy dañinas para el organismo humanos. Un incremento de las microalgas (marea roja) aumenta también la toxicidad de los mariscos.
De las aves se excluyen las rapaces y se señalan sin características específicas, las que no deberíamos comer. Al respecto yo diría: ante la duda, absténte.
La conspiración satánica, es un virus que tiene como propósito que enfermemos , creyendo que este tema es cuestión de religión. No es de religión ni de salvación, es un asunto de salud.
”Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”. (3 Juan 1:2)
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